Un mundo Feliz

Published by Jose Maria Diaz under on 8:18



Voy a incluir en mi blog este libro que me parece que es importante conocer, porque trata al hombre como una máquina, como algo que se crea y tiene una función predeterminada al nacer.
Esta novela la escribió Aldous Leonard Huxley
1894 – 1963 fue un escritor anarquista inglés que emigró a los Estados Unidos. Miembro de la reconocida familia de intelectuales Huxley. Conocido por sus novelas y su gran abanico de ensayos, publicó, también, relatos cortos, poesía, libros de viaje e historias para películas y guiones. Mediante sus novelas y ensayos, Huxley ejerció como crítico de los roles sociales, las normas y los ideales. Se interesó, asimismo, por los temas espirituales, como la parapsicología y la filosofía mística, acerca de las cuales escribió varios libros. Al final de su vida Huxley era considerado como un líder del pensamiento moderno.

La novela anticipa el desarrollo en tecnología reproductiva, cultivos humanos e hipnopedia que, combinadas, cambian la sociedad. El mundo aquí descrito podría de hecho ser también una utopía, aunque irónica y ambigua: la humanidad es desenfadada, saludable y avanzada tecnológicamente. Se han erradicado la guerra y la pobreza, y todos son permanentemente felices. Sin embargo, la ironía es que todas estas cosas se han alcanzado tras eliminar muchas otras: la familia, la diversidad cultural, el arte, la ciencia, la literatura, la religión y la filosofía.

La novela desarrolla su trama en un futuro 632 d.F. (año 2488 en el calendario real; para entender las siglas "d.F.", leer el principio del 6º apartado, El Estado Mundial), donde las personas son incubadas y predestinadas desde que nacen para pertenecer a diferentes castas: Alfas, Betas, Gammas, Deltas y Epsilones. Cada casta está destinada a realizar ciertas tareas: los Alfas son la casta superior, por lo que realizan los trabajos que requieran de más inteligencia, mientras que los Epsilones llevan a cabo los trabajos más duros y arduos. A pesar de ello, todo el mundo es feliz, porque, desde su misma concepción, los embriones han sido acondicionados y, desde que nacen, a los pequeños se les realiza hipnopedia mientras duermen para convencerlos de las ventajas de pertenecer a ese mundo y a sus castas; porque todas sus necesidades están satisfechas y porque en caso de sentirse mal tienen a su disposición el soma, una droga que es entregada por el Estado.

Un mundo feliz presenta a Bernard Marx, un Alfa rechazado socialmente por no tomar soma y ser más bajo que los demás Alfas por un supuesto fallo durante su gestación y a Lenina Crowne, que al visitar una reserva de indios norteamericanos, se traen de allí a uno de los denominados "salvajes".

Todo el planeta está unido como un estado mundial, bajo un gobierno pacífico que ha eliminado la guerra, la pobreza, el crimen y la infelicidad al crear una sociedad de alta tecnología homogénea para todo el mundo, adquiriendo un estatus semi-religioso basado en los principios filosóficos de Henry Ford. El Fordismo (que surge de Ford, deformación del apellido del conocido industrial estadounidense) forma la piedra angular de la nueva sociedad y formando la columna vertebral de la filosofía. La sociedad está estrictamente dividida en cinco clases, y todos los miembros de la sociedad están entrenados para ser buenos consumidores con el fin de fortalecer la economía. El uso de drogas de placer se ha convertido en el pilar de la sociedad, y los ciudadanos toman regularmente tabletas de soma, una droga que hace que los usuarios sientan una felicidad absurda. Todos los niños se crean por embriones cultivados en laboratorios, y el destino de cada individuo es determinado mucho antes de su nacimiento. Controlados estrictamente, los niños practican juegos sexuales entre ellos desde su más tierna infancia (un concepto del propio Freud: la sexualización infantil) con el total consentimiento de los adultos, sin que éstos intervengan en dichos juegos, a excepción de reprender al que no quiera participar en ellos. Ese proceso elimina los conceptos de enamoramiento y seducción en su adolescencia y los de los noviazgos y compromisos sentimentales en su madurez, extirpando radicalmente la idea de crear una familia estable. Esto crea en ellos un comportamiento mecánico, impasible e indolente que perdura a lo largo de toda su vida, satisfaciendo sus necesidades sexuales sin negativa ni resistencia alguna por ambas partes, pero también sin afecto ni amor en sus relaciones, prevaleciendo un básico e instintivo deseo sexual pasajero que consuman con la mayor de las apatías.

Lenina, una empleada de laboratorio en el criadero central de Londres, es un ser conformista, la personificación de la nueva sociedad. Es atractiva, elegante, promiscua y su visión de la vida es producto del adiestramiento. Bernard es la antítesis de Lenina. A pesar de ser miembro de la casta superior de los Alfas, Bernard no es feliz con su vida y le desagrada la sociedad. Se siente profundamente inseguro de sí mismo y, aunque no lo sabe, es objeto de burla por parte de los demás debido a su rechazo hacia las normas sociales.

Lenina y Bernard hacen un viaje de ocio a Malpais, una reserva donde hay una sociedad “antigua” que no posee las características de la sociedad Fordiana. Allí se encuentra Linda, una mujer miembro de la sociedad Fordiana pero que por un accidente se queda en Malpais, y concibe a un niño, John. Mientras Lenina se escandaliza y horroriza por la sociedad escuálida y vivípara de Malpais, Bernard se encuentra fascinado por ésta y por John, quien tiene acceso a las obras de William Shakespeare, autor desconocido en el Estado Mundial. John, al igual que Bernard es un marginado dentro de su propia sociedad y está deseoso de ver el mundo fuera de Malpais. Bernard acepta llevar a Linda y John de regreso a Londres, donde manipula la fascinación de la sociedad con ellos, para elevar su propia posición social. Bernard, en un revés del destino, es enviado a vivir junto con su amigo Helmholtz Watson en una de las muchas islas oscuras diseñadas para los Alfas que se salen de las normas sociales y son incapaces de conformarse con su vida. En vez de matarlos, el controlador mundial los exilia allí para que vivan cómodamente entre sus iguales que persiguen sus mismas ambiciones en tranquila soledad lejos del resto del mundo y así evitan que estos creen problemas en el Estado Mundial. Después de atacar a Lenina, John se va de Londres, encontrando un viejo faro en la zona Rural de Inglaterra al borde de un acantilado y se establece allí, donde intenta iniciar una nueva vida como un ermitaño. Desafortunadamente, al ser ahora una celebridad, es acosado constantemente por los periodistas, que le graban a escondidas como si de un documental sobre la vida de los salvajes se tratara. Tras difundirse un video de él autoflagelándose que es expuesto en el cine sensible (y que permite a los ciudadanos experimentar el dolor físico, provocando una masiva movilización a los cines para sentirlo y generando una auténtica revolución), los visitantes van en grandes cantidades a verlo (entre ellos Lenina) para que le enseñen a sentir más dolor, pero un día en que llegan al faro descubren que John (hastiado por el acoso al que estaba siendo sometido, horrorizado y asqueado con la sociedad Fordiana y sus ciudadanos) se ha suicidado ahorcandose.

1 comentarios:

María Dolores Díaz Noguera dijo... @ 14 de junio de 2009, 11:00

Muy bien. Me ha gustado mucho esta entrada.

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